La tecnología y los objetivos ESG en 2022, y a futuro

Por Harpreet Gulati | VP senior de Negocios de Planificación, Simulación y Optimización de AVEVA

A medida que la determinación global comienza a unirse en torno a la transición energética, 2022 marcará un punto de inflexión para las empresas industriales. En la reciente cumbre COP26, los gobiernos y las empresas del sector privado de todo el mundo se comprometieron a trabajar para mantener el calentamiento planetario en 1.5 °C y apoyar las emisiones netas de carbono cero para 2050.

Ahora viene el difícil desafío de tomar medidas para cumplir esas promesas, al mismo tiempo que se cumple con regulaciones Ambientales, Sociales y de Gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) más estrictas. Las empresas en industrias como petróleo y gas, minería y metales, y generación de energía y productos químicos, deberán abordar los nuevos imperativos comerciales si quieren construir un panorama energético alternativo y sostenible mientras mantienen la continuidad de las operaciones actuales.

El campo de juego ha cambiado y las empresas deben adaptarse para asegurarse de sobrevivir y prosperar, por lo que deben cumplir con las crecientes regulaciones de los legisladores a medida que el Cero Neto (Net-zero) se convierte en un movimiento imparable.

Los consumidores ahora están adoptando un estilo de vida más sostenible, y cuestionan a las marcas sobre sus credenciales ambientales, tomando decisiones de gasto en línea con sus convicciones. Por el lado de la oferta, las empresas deben conciliar estos imperativos con los precios volátiles, la creciente escasez de mano de obra y las continuas interrupciones de la cadena de suministro a medida que la pandemia continúa reescribiendo el campo de juego operativo. Las tecnologías digitales respaldan la transición hacia cadenas de valor más ecológicas.

Con las empresas del sector energético obligadas a operar dentro de estas nuevas limitaciones, las tecnologías digitales serán indispensables para respaldar la transición hacia cadenas de valor más ecológicas tanto en los extremos ascendentes como descendentes. McKinsey estima que hasta el 80% de las tecnologías necesarias para alcanzar el cero neto ya están implementadas, alrededor del 15% están en prueba de prototipo y otro 5 % está en proceso de I+D.

Revisemos cómo la tecnología ayudaría a lograr los imperativos comerciales que tenemos por delante:

  1. Acelerar el diseño y la implementación de nuevas plantas y procesos sostenibles
  2. Digitalizar la gestión de la cadena de suministro para reducir el desperdicio y mejorar la eficiencia.
  3. Realizar soluciones de trabajo remoto para operaciones híbridas.

A medida que aumenta el impulso en torno a la transición energética, 2022 será un año histórico para la acción ambiental. Las empresas que actúen ahora para integrar la tecnología al servicio de los objetivos ESG generarán valor a largo plazo hasta 2050 y más allá.