Utiliza el crédito de manera inteligente

Juan Luis Ordaz / Director de Educación Financiera Citibanamex 

La falta de planeación financiera puede ser una causa importante de los problemas financieros en las familias. Según la última edición de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, en México sólo el 35% de las personas lleva un presupuesto y el 58% de ellos, lo hace mentalmente. Esto hace que cualquier gasto que esté fuera de lo normal suponga un contratiempo importante. 

Estos datos nos muestran la importancia de llevar un control sobre nuestro dinero y más aún cuando se trata de contratar un crédito. Y es que el crédito es un gran aliado para lograr nuestras metas, pero puede volverse un dolor de cabeza si se sale de control, por lo que aquí te contamos como aprovechar al máximo los créditos más populares para hacer crecer tu patrimonio. 

Seguro has escuchado de las tarjetas de crédito, usualmente este instrumento es la puerta de entrada al mundo de los créditos y permite empezar a forjar el historial crediticio. De ser bien aprovechada, puedes tener financiamiento gratuito de hasta 50 días, además de aprovechar las promociones a meses sin intereses, generación de puntos (cash back), domiciliar el pago de tus servicios y, en algunos casos, hasta descuentos especiales. 

El secreto para un buen manejo de la tarjeta es conocer y estar atento de tu fecha de corte y fecha límite de pago, además de considerar el pago de al menos el doble del pago mínimo o, preferentemente, el pago total para no generar intereses. Si desde tu primer crédito muestras ser cumplido con el pago, seguramente te será mucho más fácil obtener otro tipo de créditos con mejores condiciones. 

Una tarjeta de crédito funciona para financiarnos a corto plazo, sin embargo, no es recomendable usarla cuando queremos dar un paso más. ¿Has soñado con adquirir un auto, un departamento o una casa? Un crédito te ayudará a alcanzar tus metas más rápidamente, por eso dependiendo de tu necesidad en particular, puedes aprovechar desde un crédito personal, automotriz o hipotecario. Cada uno de ellos ofrece condiciones específicas pensadas en ayudarte a lograr tu objetivo. Es muy importante que compares, analices y elijas el crédito ideal para ti y para la necesidad que deseas cubrir, por ejemplo, no es recomendable financiar la compra de un automóvil con un crédito personal, pues seguramente la tasa de interés de un crédito automotriz será considerablemente menor a la de uno personal. 

Si bien es cierto que los créditos tienen muchas bondades y nos ayudan a cumplir nuestros objetivos, no son herramientas ilimitadas de las que siempre podemos disponer. De hecho, para hacer uso de ellos es necesario saber nuestra capacidad de endeudamiento y para ello debes conocer tus ingresos y tus gastos con exactitud, esta es la base para saber cuántos compromisos crediticios puedes asumir. Una vez que cuentes con este registro, es importante identificar los gastos que son fijos, es decir, aquellos que pase lo que pase vas a tener que desembolsar mes con mes. Algunos ejemplos son el pago de servicios, transporte, la renta, el pago de seguros, colegiaturas, alimentación, entre otros.  Es prioritario tener en cuenta que algunos de estos pagos pueden ser bimestrales o, incluso, semestrales y es importante prorratear lo equivalente cada mes. 

El siguiente paso para definir tu capacidad de endeudamiento, es establecer un porcentaje sobre el remanente, es decir, sobre la cantidad que queda después de restar los gastos fijos a tus ingresos mensuales. Recomendamos que el porcentaje sea de entre el 30 y el 35% y el monto que arroje ese último cálculo será tu capacidad de endeudamiento. 

Veámoslo con un ejemplo práctico. Imaginemos una persona con un sueldo neto mensual de ocho mil pesos. A esta cantidad hay que restarle los gastos fijos que, en este hipotético caso, entre renta, seguros, servicios, transporte y alimentos suman cuatro mil 500 pesos. El remanente es de tres mil 500 pesos, por lo que sobre esta cantidad hay que calcular el porcentaje que determinaremos como nuestra capacidad de endeudamiento. Si decidimos tomar el 35%, nuestra capacidad de endeudamiento es de mil 225 pesos mensuales. Esto significa que la suma del pago de todas mis deudas mensuales no debe rebasar los mil 225 pesos. Otro punto importante es definir qué hacer con resto del dinero (dos mil 275 pesos). A esta cantidad hay que ponerle un fin específico para que esto se convierta en una motivación para ahorrar. Parte de esta cantidad se puede destinar a un fondo para emergencias e imprevistos, el cual nos ayudará a evitar la contratación de una deuda adicional en caso de una contingencia. 

Ahora bien, si te encuentras en una contingencia, el crédito puede ser tu aliado, sobre todo si cuentas con un bien inmueble que sirva como respaldo. El crédito de liquidez con garantía hipotecaria es un préstamo de aproximadamente 50% al 70% del valor de tu casa o departamento en efectivo para que lo uses como mejor consideres. Las tasas de interés anuales resultan atractivas y menores a otros tipos de crédito, haciendo de esta opción una buena alternativa en algunos casos, en especial si necesitas financiamiento a largo plazo de un monto considerablemente alto. Por supuesto no se te olvide que esta es una deuda y deberás usarla adecuadamente y responsablemente para sacar el mayor provecho posible. 

Sea cual sea del crédito que dispongas recuerda que hay deudas buenas y malas, básicamente las deudas buenas son aquellas que te ayudarán a generar más dinero o a incrementar tu patrimonio, un crédito hipotecario y/o uno para negocio son los ejemplos por excelencia. Por otro lado, las deudas malas son aquellas que nos llevan a gastos innecesarios o que definitivamente no son sostenibles en el tiempo, esto no significa que no te compres esa pantalla de 50 pulgadas que tanto deseas y a 24 meses sin intereses, sólo asegúrate de no desequilibrar tus finanzas. 

Una vez iniciada tu vida en el mundo de los créditos, es tu deber y responsabilidad mantener una buena reputación, considera los siguientes tips que te ayudarán a mantener orden en tus finanzas personales y el pago de tus créditos.  

  • Lleva un control de tus ingresos y sobre todo tus gastos, de preferencia anótalos, ya sea con lápiz y papel, una computadora o incluso tu celular. 

  • Evalúa los créditos con los que vas a comprometerte y asegúrate que sean los ideales para ti. Calcula tu capacidad de endeudamiento, compara plazos, costos y beneficios adicionales que te ofrecen, consulta los comparativos oficiales que ofrece la Condusef. 

  • Programa los pagos de tus créditos de manera puntual, recuerda que un crédito no es una extensión de tu ingreso, es una obligación por la cual debes responder, de no hacerlo, incurrirás en registros negativos en el buró de crédito, ten presente tu fecha de pago y evita retrasos en el mismo para no generar intereses moratorios. 

  • Aumenta pagos, una buena opción es aprovechar tus ingresos extras por concepto de utilidades, prima vacacional, fondo de ahorro, aguinaldo, etc. para liquidar deudas o destinar lo más posible a su pago. 

  • Asegúrate que los créditos que solicites sean de instituciones financieras formales. Si tienes duda, puedes consultar el buró de entidades financieras de Condusef, esta herramienta te permite saber si la institución está regulada por las autoridades. 

Utiliza esta poderosa herramienta a tu favor y recuerda no contraer deudas que intenten sostener un estilo de vida mayor al que tu ingreso lo permita.